lunes, 11 de marzo de 2013

Terceras Pinceladas: El trabajo reproductivo. Una asignatura pendiente para el Estado español.



Por Angie  Larenas 



Uno de los ámbitos de lucha más importantes de las mujeres es aquel relacionado con el reconocimiento de la centralidad del trabajo reproductivo. Se destaca que este tipo de trabajo es tan importante como el trabajo productivo -de bienes y servicios- para la reproducción de las sociedades, y como tal debe ser debidamente visibilizado y valorado. 


El trabajo reproductivo es aquel trabajo tradicionalmente no remunerado y que comprende las actividades de cuidado de personas mayores, personas dependientes, y de niños y niñas, así como las tareas habitualmente entendidas como trabajo doméstico. Un tipo de trabajo históricamente realizado por mujeres de manera gratuita. 

¿Pero qué pasa cuando este trabajo gratuito se convierte en trabajo remunerado? Los hechos demuestran que continúa siendo un trabajo feminizado e infravalorado. De ahí la importancia que tiene el poner en su justo lugar el trabajo reproductivo, y sobre todo, a aquellas trabajadoras de hogar que cubren las labores de cuidado que el Estado de Bienestar, en retirada, no es capaz o no ha querido ser capaz de asumir. 

Si evaluamos el tema del trabajo reproductivo bajo el prisma de la igualdad, la realidad indica que este tipo de trabajo, ya sea de manera gratuita o remunerada, continúa siendo un trabajo feminizado. La creciente incorporación de las mujeres al mercado de trabajo y la incidencia del discurso de la igualdad no han sido suficientes para que en el Estado español las labores domésticas y de cuidado se repartan de manera equitativa entre mujeres y hombres. 

En este contexto, fuera del marco de las discusiones feministas y de los estudios de género, no se ha desarrollado un debate profundo sobre la importancia del trabajo reproductivo. Hace solo un año se aprobó una nueva normativa relacionada con el trabajo de hogar, la que ha dado nuevas coberturas en seguridad social, y que regula las condiciones laborales de las trabajadoras. Pero con importantes carencias. 

Por un lado, ¿cómo revalorizar el trabajo de hogar si sigue siendo considerado un trabajo de segunda? Por ejemplo, la ley no contempla para las trabajadoras de hogar el derecho a prestaciones por desempleo; una determinación que precariza el trabajo de hogar desde la propia legislación. 

Por otra parte, la nueva normativa no ha sido tomada con la merecida seriedad por las propias autoridades. Antes de que transcurriera un año de su puesta en marcha ya se realizaba su primera revisión –apresurada, según la visión de las expertas-. Uno de sus puntos, la reducción de los tramos de cotización, está claramente enfocado a cubrir los objetivos recaudatorios del Estado, más que a beneficiar a las trabajadoras de hogar. El resultado esperado de esta modificación es que las trabajadoras contratadas tendrán que pagar alrededor de tres cuartas partes más de lo que pagaban a la seguridad social, con lo que un aumento de cuotas significa para un salario ya precario e insuficiente. 

En resumen, considero que el reconocimiento de los derechos del sector del trabajo de hogar pasa por una revalorización de lo que el trabajo de hogar significa para la reproducción de la sociedad. La propia posibilidad de existencia del trabajo productivo depende de las capacidades de las familias para gestionar el trabajo de hogar. Por esta razón, porque no se trata de elementos disociados, el Estado tendría que tener una mayor responsabilidad, sobre todo con lo que a tareas de cuidado se refiere. ¿Hasta cuándo el peso del trabajo reproductivo seguirá cayendo sobre los hombros de trabajadoras precarias, infravaloradas e invisibilizadas, sobre los hombros de las mujeres? Esta, creo que es una pregunta de justicia social. 



Para mayor información ver: 





No hay comentarios:

Publicar un comentario

Licencia Creative Commons
Este obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported. BlogESfera. Directorio de Blogs Hispanos