martes, 25 de febrero de 2014

Un as bajo la manga: el beneficio económico de la reforma de la ley del aborto.



Por Angie Larenas

El Rebelde, un personaje en el libro “Las armas milagrosas” del escritor martiniqueño Aimé Césaire, decía:

Me acuerdo de un día de noviembre; no tenía seis meses [mi hijo] cuando el amo entró en la casucha fuliginosa como una luna de abril y palpó sus pequeños miembros musculosos, era un amo muy bueno, paseaba en una caricia sus dedos gruesos por la carita llena de hoyuelos. Sus ojos azules reían y su boca le decía cosas azucaradas: será una buena pieza, dijo mirándome, y decía otras cosas amables, el amo, que había que empezar temprano, que veinte años no eran demasiados para hacer un buen cristiano y un buen esclavo, buen súbdito y leal, un buen capataz, con la mirada viva y el brazo firme. Y aquel hombre especulaba sobre la cuna de mi hijo, una cuna de capataz.

El contexto es claramente la época de la esclavitud. Es, además -y aquí me gustaría detenerme-, una referencia a una forma de reducción de la humanidad: la utilización de las personas como herramientas para la obtención de beneficios económicos. 

En enero pasado hubo una noticia que me recordó a esta relación amo/a-esclavo/a de la obra de Césaire. La Cadena Ser tuvo acceso a la Memoria del impacto normativo de la reforma de la ley del aborto del Ministerio de Justicia del Estado español. En el artículo publicado subrayaban la confianza del gobierno en que el aumento de la natalidad que traerá consigo la reforma impactará positivamente sobre la economía. La Memoria habla del “impacto neto positivo por los beneficios esperados por el incremento de la natalidad”.

¿Pero dónde está la similitud con el pasaje de la obra de Césaire?

Suprimir el derecho al aborto obligará a ser madres a muchas mujeres. Pero, según el gobierno, esto puede ser beneficioso para la economía, tal y como era beneficioso para el sistema esclavista suprimir la libertad de las personas y reducir su humanidad a simples objetos.

No estoy diciendo que la reforma de la ley del aborto nos traerá algún nuevo tipo de esclavitud. Estoy diciendo que vivimos en un tipo de esclavitud. Una en la que prima la ley del dinero, porque no importa el coste que puedan tener las decisiones políticas para las personas si estas se pueden justificar con un alegre “beneficio económico”.

De este modo, el impacto económico positivo de la reforma de la ley se desliza como un elemento más que la justifica. En el fondo, se trata de crear, como decía Césaire “buenas piezas”, “buenos súbditos y leales”.


lunes, 17 de febrero de 2014

Te dejo, querida investigación

Por Nerea Azkona

De nuevo el mismo sentimiento que sintió mi corazón hace cinco años cuando decidí separarme.

Primero sientes que no estás a gusto, pero no te atreves ni a pensarlo. Ya no eres feliz. De hecho, ya ni te acuerdas de cuando lo eras. Pero toda esa nebulosa de recuerdos y sentimientos se aturullan en tu cabeza sin poder aún ponerles nombres y sin saber identificar todavía qué es lo que sientes de verdad.

Luego las cosas empeoran y cada vez te sientes más desgraciada hasta que ahogada por la pena y el miedo decides contárselo a alguien. Cuando te oyes en voz alta, sabes, en ese mismo momento, que a la relación le quedan meses, semanas o días. Ya le has puesto nombre y está en tu punto de mira.

Sin embargo, sigues intentando buscar soluciones, pero no ves ninguna que pueda asegurar a medio o largo plazo una medida que no sea un parche o una tirita que vaya a despegarse a la primera de cambio. Cuando algo va mal y no puedes solucionarlo lo más natural es que las cosas empeoren y notas como cada vez queda menos tiempo, cómo la situación se vuelve insoportable a pasos agigantados y cómo pide a gritos que agarres las riendas y que pongas algo de racionalidad en el asunto.

Y así va pasando el tiempo hasta que llegan los días previos a la ruptura que son los peores. Sabes que el tema se va a terminar, porque ya has decidido que así va a ser, y tienes que comunicarlo y pensar en cosas más pragmáticas que antes no habías pensado. Ahora es el momento de reflexionar en cómo se va a proceder: quién se va de casa, dónde te vas a instalar, si te llega el dinero para hacerlo, cómo va a ser el futuro en solitario o dónde vas a volver a reconstruirte de nuevo. Vivir sola, buscar un compañero de piso o volver con tu familia. Y mil preguntas más que te bombardean la mente, que no te dejan dormir, y que sólo te piden cerveza y nicotina.

Por momentos lo vives con entusiasmo, en otras ocasiones con autentico pavor. Tienes miedo a equivocarte a tomar una decisión de la que puedes arrepentirte, a pesar de que llevas meses dándole vueltas al asunto y sabes que es lo mejor para todos, y sobre todo, que es lo mejor para ti.

Y por fin llega el día en que lo haces. Te vas y, sorprendentemente, el mundo no se para. Todo sigue igual a pesar de que tú has decidido cambiar por completo. Pero para el resto del mundo es un día más de sus vidas, aunque tú no puedas olvidar jamás la fecha del 22 de septiembre. Y eso por un lado te calma, porque ves que no es para tanto; y por el otro te cabrea porque lo que tanto te ha costado decidir al resto del mundo le importa una mierda.

Y ahí termina todo. Con el tiempo puede que te arrepientas o puede que creas que es la mejor decisión que has tomado en tu vida. Eso nunca se sabe hasta que eres capaz de mirar hacia atrás sin que te de vértigo.

Bueno, pues he vuelto a sentir esa incertidumbre. Puede que esté empeñada en continuar una relación que no me lleva a ningún sitio y ayer, por primera vez, comenté este miedo en voz alta. Si el ciclo se repite, ya estaría en la anteúltima fase y de aquí a unos meses todo podría terminar.

Puede que me haya empecinado en ser investigadora y puede que me esté empezando a rendir. Estoy hastiada y cansada de luchar por algo que no tiene hueco en el mercado laboral y no puedo vivir más en esa incertidumbre de no saber qué va a pasar conmigo en los próximos meses.

Sí. Puede que lo mejor sea que lo dejemos aquí. De todos modos, me quedan aún, según mi experiencia previa, hasta después del verano para que acabe de tomar la decisión. Aún quedan meses de parches y tiritas.

Qué difícil es cambiar de vida y abandonar todo lo anterior para reconstruirte en algo que aún no sabes qué va a ser: una tienda, un bar, una frutería… algo que te de las satisfacciones que mereces. O menos. Simplemente necesitas un sitio al que ir a trabajar y lo que es más importante, un sitio que te dé la oportunidad de volver a casa cada día después de tu jornada.


Pero bueno, el primer paso ya está. Si me separé y sobreviví; cambiaré de profesión y me las apañaré del mismo modo. Querida investigación, fue bonito mientras duró.

lunes, 10 de febrero de 2014

El VIH/SIDA y el trinomio seguridad-salud-desarrollo.


Por Angie Larenas

En septiembre de 2000 los principales líderes mundiales se reunieron en la llamada Cumbre del Milenio. Allí definieron ocho objetivos concretos para avanzar a favor de la paz, los derechos humanos, la gobernabilidad, la sostenibilidad ambiental, y la erradicación de la pobreza; para promover los principios de la dignidad humana, la igualdad y la equidad. El objetivo número seis hacía referencia directamente a la necesidad de combatir el VIH/SIDA, junto al paludismo y otras enfermedades. De este modo, el VIH/SIDA pasaba a formar parte de la agenda mundial vinculada al tema de la seguridad y el desarrollo.

El VIH/SIDA se ha expandido por el mundo a gran velocidad, pero no al azar. El gráfico nº 1 muestra la prevalencia de la enfermedad globalmente. Se percibe con claridad que la zona por donde más se ha extendido se corresponde con los territorios más empobrecidos del mundo, como África Subsahariana.


Gráfico nº 1: Cantidad estimada de personas viviendo con VIH, 2012.


Fuente: ONUSIDA 


Existen elementos que han facilitado la emergencia de la enfermedad y que pueden ser analizados desde las ciencias sociales: la urbanización, la pobreza, los cambios en los estilos de vida, el incremento de consumo de drogas intravenosas, etc. En gran medida las desigualdades sociales han dado forma a la propagación del virus, y también al curso de la enfermedad en las personas afectadas. 

En un contexto como este es especialmente importante estudiar la enfermedad, su prevención y su control. Una opción es analizarla como parte del trinomio seguridad-salud-desarrollo. Pero ¿cómo se vincula la salud a la seguridad y al desarrollo? Lo primero es que hay que ampliar y profundizar el campo de análisis de ambos conceptos

Las personas experimentamos la inseguridad desde diversos ámbitos. La amenaza de la guerra –como apuntaba el concepto tradicional de seguridad, aquel que enfoca su atención hacia el Estado y su defensa a través de la militarización- puede ser uno de ellos, pero la pobreza, la falta de oportunidades y de condiciones óptimas para la salud, lo son también. Por lo tanto, la seguridad es un concepto multidimensional y sus dimensiones interactúan. 

Más concretamente, la manera en que el VIH/SIDA se ha extendido sobre el mundo se puede explicar también a partir de la interrelación de variables como la pobreza, la desigualdad sexual, la violencia, etc., elementos que a su vez inciden sobre las condiciones de inseguridad del mundo en que vivimos. En este sentido es preciso considerar que la protección sanitaria mundial es interdependiente, que hay países con sistemas epidemiológicos muy fuertes y otros muy débiles, y esto no es natural.

El carácter social de estos procesos ha ayudado a que en materia de desarrollo se haya llegado a un cuestionamiento de aquellas visiones que ponían el centro de atención en el crecimiento económico y que analizaban el desarrollo desde una perspectiva evolucionista. De este modo, la ampliación y profundización del concepto de desarrollo desvía la atención hacia sus dimensiones sociales: oportunidades, empoderamiento, derechos humanos, género y medioambiente, son algunas de ellas.

Entonces, el trinomio seguridad-salud-desarrollo forma una relación dialéctica y compleja que implica la convergencia de temas diversos y que demanda soluciones desde los niveles macro y microsociales, desde las entidades comunitarias, hasta los Estados y el sistema internacional. Solucionar el problema de la incidencia del VIH/SIDA requiere de la acción global, pero no solo de acciones en materia de salud, sino también sobre el desarrollo y la seguridad. 

Con la interrelación entre estos elementos salta a la vista la necesidad de establecer una complementariedad entre políticas en el marco de la salud. Esta centralidad inserta a la salud en la lógica de los derechos humanos y de la satisfacción de necesidades básicas, e incide en las capacidades y las libertades de las personas. Sin embargo, va más allá del ámbito de lo individual y de lo estatal para integrar la dinámica de las relaciones internacionales donde la problemática del desarrollo y de la seguridad es fundamental.



Para mayor información ver:

FARMER, P., “Desigualdades sociales y enfermedades infecciosas emergentes”, en Papeles de Población, nº 23, enero-marzo de 2000, pp. 181-201.

SUTCLIFFE, B., “El virus de la Inmunodeficiencia Humana y sus colaboradores”, en Cuadernos de trabajo de Hegoa, nº 45, julio de 2008, pp. 17-67

domingo, 2 de febrero de 2014

La política migratoria española: Las reformas de la Ley de Extranjería

Por Nerea Azkona

En el Estado español no ha existido una política migratoria hasta fechas muy recientes. De hecho, hasta 1985 no hubo una legislación sobre los residentes extranjeros. No obstante, la Constitución Española de 1978 incluye un artículo sobre los derechos de los extranjeros (Artículo 13), así como un principio de competencias exclusivas del Estado en la gestión de la inmigración. Así, de acuerdo con el Artículo 149, todas las cuestiones relacionadas con la inmigración, el asilo, la nacionalidad, los pasaportes, las fronteras y los extranjeros quedan bajo la responsabilidad de las instituciones centrales del Estado.

Pero es a partir de la transformación del fenómeno migratorio que comienza a producirse en el Estado español a finales de los ochenta y en los años posteriores, cuando se mostró la necesidad de una Ley que se adaptara a las nuevas circunstancias de un país que dejaba de ser de emigrantes para convertirse en un país de destino de las migraciones.

La primera generación de leyes relacionadas con la inmigración incluía:
Este primer conjunto de legislaciones en la materia representó las líneas inspiradoras que sustancialmente han seguido vigentes, haciendo un especial énfasis en el control de los flujos migratorios y en la regulación de los requisitos exigidos para la presencia de extranjeros en el territorio estatal.

En enero de 2000 se realizó una reforma de la Ley de Extranjería de 1985, que la derogó íntegramente. Esta Ley es la que está en vigor en la actualidad, pero ha sufrido tres importantes modificaciones (en el mismo año en la que fue creada, 2000; en el 2003; y en el 2009).

Así, se aprobó la nueva Ley Orgánica4/2000, de 11 de enero, sobre Derechos y Libertades de los Extranjeros enEspaña y su Integración Social que se convirtió en la norma que regula la estancia de los extranjeros provenientes de terceros países en el territorio español, así como los derechos y las libertades que se les reconocen. Esta reforma mostraba una clara vocación integradora que no contenía la regulación anterior.

Sin embargo, el cambio de Gobierno del PSOE al PP, a través de las Elecciones Generales del 2000, condujo a una primera reforma restrictiva de la Ley de Extranjería. De este modo, a partir de la Ley Orgánica 8/2000, el estatus legal de la irregularidad se endureció y el régimen de sanciones se hizo más severo. Se justificó esta reforma en el preámbulo de la Ley diciendo que la anterior no se ajustaba a los compromisos internacionales suscritos por el Estado en el marco de la Unión Europea, y que la anterior Ley sólo contemplaba la situación entonces actual sin tener en cuenta los años venideros.

En 2003, a causa de la vuelta del PSOE al Gobierno Central, la Ley de Extranjería fue reformada de nuevo mediante dos leyes:
  • La Ley Orgánica 11/2003 que hacía referencia a una serie de medidas concretas en materia de seguridad ciudadana, “violencia doméstica” e integración social de los extranjeros que modificó los Artículos 57, 61 y 62 de la L.O. 4/2000
  • La Ley Orgánica 14/2003, que se encuentra en relación directa con la Ley Orgánica 4/2000.
Hasta este momento el conjunto de la política de inmigración contenida en estas regulaciones puede ser resumida en torno a dos principios básicos:

  • Por un parte, el principio de autorización que establece que un extranjero no puede permanecer en el territorio español sin la correspondiente autorización administrativa o legal. Del incumplimiento de este principio básico se deriva directamente la existencia de la categoría legal de irregularidad.
  • Por la otra, el principio de viabilidad que implica que la autorización se otorga a aquellos extranjeros que pueden demostrar la viabilidad económica y social de su proyecto de vida en el Estado español. Esta viabilidad se acredita fundamentalmente por un ingreso estable, que puede provenir de un contrato de trabajo, del autoempleo o de la disponibilidad de recursos económicos suficientes para mantenerse.


La última modificación de la Ley de Extranjería se debe a la Ley Orgánica 2/2009, de 11 de diciembre, sobreDerechos y Libertades de los Extranjeros en España y su Integración Social, la cual incorporó tanto las Directivas Europeas sobre inmigración al derecho interno como las competencias de acogida e integración de los Estatutos de Autonomía.

Dentro de este contexto de cambios constantes del marco normativo se ha desarrollado la política de migración española. El incremento de la población extranjera y la falta de consenso político entre los partidos mayoritarios han conducido a las sucesivas modificaciones de la normativa vigente sobre inmigración, extranjería y asilo.

Estas reformas legislativas han sido justificadas por la necesidad de tener mejores herramientas para frenar la inmigración irregular. Esta filosofía ha considerado que la irregularidad es un impedimento para gestionar el fenómeno migratorio según las necesidades del mercado de trabajo español y que por tanto ha de ser combatida.

Referencia:

MULLOR, M., 2011. Inmigrantes subsaharianos. Una aproximación alas claves de la exclusión. Madrid: Asociación Círculo Africano y ONGD África Activa.


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